viernes, junio 08, 2007

 

El Padre, el Hijo y una paloma que por allí pasaba.

Desde que era pequeño y me encasquetaron las gafas las uso como me da la gana.
Como resumen la cosa queda que cuando trabajo y estudio las llevo puestas, el resto del tiempo no.
Sobre todo estando en la calle, cuando llevo gafas me siento torpe.
Básicamente siempre he pensado que soy como Superman, sólo que cuando me quito las gafas la gente me sigue reconociendo.

Últimamente eso de ser superhombre me sabía a poco y he decidido jugar a ser dios (tanto superhombre, dios y alemán por todos lados, sólo falta Nietzsche, con lo que odié siempre la folosofía).
Pero no en la vertiente destructora, con plagas, inundaciones, aniquilación de sodomitas, etc., me ha dado por crear vida.
Todo empezó cuando por fin entré a una floristería no regentada por chinos y compré un geranio (después de buscar un rato encontré el cartel de "geranien" y me lancé de cabeza, por fin podría explicar qué planta tengo en casa sin tener que describirla -verde, con hojas redondeadas y flores rojas, no hay más).
Antes de llegar a casa ya había decidido que haría la competencia a todas esas tiendas y me iba a dedicar a cortar esquejes, para revenderlos cuando crecieran.
Dejé a la plantita que se acoplara a la casa durante un mes y entonces le corté una rama y la metí en un frasco con agua.
Aquello iba muy lento, así que me lancé a seguir la escuela de Mendel y jugar con legumbres (y aprovechar lo que aprendí en el cole).
Como los guisantes los compro en lata, ya cocidos, empecé a jugar con legumbres crudas.
Metí un garbanzo en un frasco. En realidad, puesto que es el único uso que les he dado a las legumbres en los últimos meses, metí varios garbanzos y algunas lentejas.
El instinto me dijo que metiendo arroz no funcionaría (aparte de que no sería serio, parecería un potaje).
Los fideos, a pesar de ser un muchachito de ciudad, ya sé que no brotan (no es vegetal, ni animal, está claro que es mineral).
Me acuerdo que había que envolverlo en algodón para que no estuviera flotando en el agua y poder ver cómo iban saliendo los tentáculos.
Algodón del botiquín no tengo en casa, meter unos vaqueros (de 100% algodón) me parecía matar moscas a cañonazos. Al final se ha quedado en un trozo de papel de cocina, que también absorbe y es blanco.
La otra opción que se me ocurría era dejar un trozo de pollo sobre la mesa durante un mes, pero lo veía demasiado fácil y me da miedo saber qué vida podría salir de ahí. Tampoco lo descarto si los garbanzos no me dan alegrías.

Como esto vaya adelante el próximo paso será cortar trozos de rosal amarillo, clavarlo en el geranio y ponerle esparadrapo para que cicatrice. Tratando de hacer una mejora genética.
Esto lo he visto hacer y me pilla tan cercano (genéticamente hablando) que me asusta.

Sorprendido me tienen las plantas estas, que aguantan las pobres sin quejarse de mis cuidados.

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