miércoles, abril 04, 2007

 

Levantarse y seguir adelante

Está claro que uno tiene que darse golpes en la vida (qué golpes, hostiones). Es lo que le hace a uno aprender y, en el fondo, es la chispa de la vida.
Y lo que hay que hacer es levantarse, sacudirse el polvo y seguir adelante (después de mirar a los lados para comprobar que nadie ha visto esa caída tan tonta).
Y si no se puede seguir adelante, se da un rodeo.

Siempre lo he tenido claro y lo intento aplicar, pero a veces dudo.

Cuando para pedir cerveza con limón en alemán tengo que repetir la palabra "Radlar" 5 veces, cambiando la entonación, el tono, la cara... y al final tengo que decir que quiero cerveza con limón para que me entiendan me duele, pero a la siguiente oportunidad insisto (a pesar de que sí, es un golpe a mi delicada autoestima en el tema idiomas).

Cuando he ido a patinar (aún no en este bendito país, con eso del invierno suave y que no se helaron los lagos no hubo oportunidad de patinar en el hielo) he acabado con cardenales en el culo. El truco está en levantarse corriendo y seguir como si nada hubiera pasado; eso ya lo hacen los niños, que cuando se paran a pensar la leche que se han dado es cuando lloran y por eso antes de llegar al suelo ya se están levantando (una de tantas cosas que perdemos con la edad).

Con la bici lo tenía claro, me iba a caer y eso no me echaría para atrás.
Como profeta no tengo precio: no me he caído y la bici está abandonada.
Un día fui a trabajar con ella, de esos días que amanece azul y en media hora está lloviendo con ganas.
Hace varios meses de eso y sigo convencido de no ir al trabajo en bici. No me parece bien, ella se merece otra oportunidad.
Y a partir de ahí es una conspiración anti-bici: no la llevo a trabajar así que no puedo cogerla al salir, tendría que ir a casa a por ella; pero me viene mal porque quiero ir a otro sitio. Cuando llego a casa ya es de noche y no puedo cogerla porque se me rompió la luz, debería comprarme una; pero no encuentro el momento para ir a comprar la luz (ay, si tuviera bici iba en un momento)...
Si se me hubiera metido la rueda en la vía y me hubiera caído, con el tranvía detrás de mí a punto de atropellarme, ¿me habría recuperado del golpe o habría tirado la bici a un lago? Prefiero no saberlo, me defraudaría a mí mismo.
Borrón y cuenta nueva con la bici.

Con lo que me sigo dando de cabezazos es con las tiendas de todo a 100 (todo a un marco, mercado del céntimo, tiene muchos nombres). 4 de cada 3 veces que compro ahí me siento estafado, da igual que parezca imposible que algo lo hagan mal, ellos lo consiguen.
Pero creo que ya no, estoy escarmentado y no volveré a confiar en ellos. Tantos golpes me han dado que espero por fin haber aprendido.

A tortas ando con este idioma. Aunque la lucha es desigual (para eso tiene él más años que yo), de vez en cuando consigo darle una colleja.

Sea como sea, los golpes que sólo provocan daño físico son los que menos duelen.


Comments:
Joer pues al menos el idioma que estás aprendiendo te vale para algo, yo por ejemplo para decir que quiero ir a la plaza AZADI (la blanca esa que sale siempre en todos los telediarios) tengo que decir al menos 6 veces el nombre, luego cuando ya me desanimo les enseño la foto, así lo entienden a la primera. Animo hombre!

Un abrazo.
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?