miércoles, enero 03, 2007

 

Están locos estos germanos

Las costumbres en nochevieja en esta ciudad son diferentes a las españolas.
No necesitan comer doce uvas (les basta con hacer una cuenta atrás de 10 a 0 para empezar el año), ni llevar algo rojo, ni nuevo, ni viejo, ni levantar un brazo, ni meter un anillo en una copa de champán, ni pisar con el pie derecho, ni ver a Ramón García... lo que simplifica bastante la fiesta (si fuera verdad que por no hacer estas cosas el año empieza mal, debería ir pensando en encerrarme en casa).

Lo que sí parece que necesitan es tirar cohetes.
Los venden en cualquier lado: en las tiendas de chinos (sí, aquí también hay tiendas de esas que se esfuerzan por alcanzar la excelencia en el campo de la inutilidad -si dedicaran la mitad de esfuerzo en hacer las cosas bien como se esmeran en hacerlas mal...), en los supermercados (la mitad del folleto informativo de ofertas la ocupaban los petardos), en las tiendas que abren hasta altas horas de la madrugada (que suelen ser, al mismo tiempo, locutorios), yo creo que hasta en los kioscos de prensa).

Una locura me parece a mí eso de vender a cualquiera (a partir de 16 años, eso sí).
Son todos tan apasionados de los cohetes como irresponsables.
Según una teoría que me han contado para explicar por qué hay tanta libertad es que así intentan evitar que vayan a Polonia a comprarlos (que aun así lo hacen, que los más divertidos deben de ser los prohibidos aquí, o algo así).

El caso es que desde que terminan de comer el día 31 se dedican a quemar pólvora, sin discriminar a nada ni nadie.
Según se acerca la hora de la verdad aumenta la emoción (y la intensidad), hasta que, después de las 12, se dedican a tirar petardos y cohetes como locos.
Auténticamente locos, que da igual que haya gente o no.
Tecnología alemana 100%, metiendo las varas de los cohetes en una botella de champán.
Y así hasta que se acaban los cohetes (supongo que ya tienen estudiado de antemano cuántos cohetes echar por hora para teminar a la hora que tenían previsto desde la mañana).

Según me han contado, de todas formas, esto no es lo que era, antes había el triple de cohetes (y a la mañana siguiente el triple de cartuchos en el suelo).
La inflación, el paro, la crisis y todas esas cosas que hacen tan atractiva esta ciudad ("Arm aber sexy" -pobre pero sexy, como dijo algún político-) provocan estas cosas.
Aunque no todos a los que he preguntado están de acuerdo con que haya menos (ay, si leyera más la prensa...).

Aparte de eso, el alcohol es la reina de la fiesta, supongo que más o menos desde que anochece hasta la mañana siguiente (evidentemente, sólo los más fuertes comienzan pronto y aguantan hasta el final, ya lo decía Darwin).


Comments:
Menos mal que estabas allí para enseñar las tradiciones españolas... :-)
Y supongo que no habrás resistido la tentación de tirar unos petardos por allí
 
No creo que yo sea el mejor para exportar tradiciones que no cumplo.
¿Los petardos una tentación? Caballero, creo que usted me confunde.
 
hola!
soy Irene, becaria del copca (el icex catalán) en Berlin, y llevo ya un par de dias de aventura berlinesa. Me gustaría conoceros, becarios del icex, afortunados trabajadores de la embajada del reino, para que me conteis cómo se ve la ciudad después de pasar unos meses ya en ella. Yo por ahora la veo un poco gris oscuro.
Te dejo mi email:
irenedemanuel (at) gmail.com

hasta pronto!
Irene
 
pues vaya, tanto viajar y lo de los peardos y cohetes es igual q en mi barrio...
saludos
 
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