martes, noviembre 14, 2006

 

Muletas y muletillas

Siempre me ha gustado bastante el concepto de las muletillas del lenguaje.
Igual que las muletas sirven para ayudar al que no puede andar bien, las muletillas las usa el que no sabe o no tiene recursos suficientes para hablar bien.
De pequeño (y de mayor también, a qué negarlo) me imaginaba a la persona hablando con una pequeña muleta en la lengua que le ayudaba a hablar.

Hombre, no es para tanto, en el fondo todos tenemos nuestras coletillas que siempre usamos.
Pero usar siempre la misma y demasiado a menudo siempre me ha parecido caer bajo.

Sin embargo, al hablar en idiomas me parecía una muestra de integración.
Creo que la sensación es de estar tan integrado con el idioma que se sueltan esas muletillas de forma inconsciente, no es traducir directamente del idioma materno al de destino, sino hablar directamente en el idioma final.

Así lo pensaba con el inglés y así lo pensaba con el alemán.
Quizás el tiempo y la madurez me hacen cambiar de idea, no me gusta tener tantas coletillas en alemán.
Ya me sabía las típicas de "y tal", "y eso", "pues bueno", "así que", "¿o qué?", "¿no?", "¿vale?" pero no las solía usar porque no me salían.
Cuando empecé a darme cuenta de que las soltaba me gustó, ya está, decía, ya estoy metido en el meollo del idioma.

Pero ya cansa. Ahora me salen solas, luchan por salir en todo momento.

Tengo mis favoritas, como todo el mundo, no suelto todas a cada momento.
El caso es que ya me he dado cuenta de que la mitad de la frase ni la digo, un "y eso" ya sirve para ahorrarme buscar 3 palabras más en la memoria y dejar la frase colgando. Que cada uno decida su propio final.

Después de un tiempo tratando de cogerlas porque me gustaban ahora llega el momento de esforzarme en dejarlas porque no me gustan.
Qué malo es ser un veleta.


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