martes, octubre 10, 2006

 

Revisiones

En una semana que llevo aquí ya me ha coincidido 2 veces con revisores (la gente esta que comprueba que llevas billete).
El transporte público tiene un sistema que me encanta, tú entras en el tren/metro sin barreras ni nada, compras el billete y picas en una máquina que marcha fecha y hora. A partir de ahí tienes 2 horas para hacer lo que quieras.
En el bus eso ha empeorado, hay que enseñarle el billete al conductor.

El caso es que tengo el abono transporte en la cartera y no tengo que sacarlo para montar al metro, una gozada porque no se forman las típicas colas en el torno esperando a que la señora saque del bolso el billete.

Si todo fuera así sería demasiado fácil colarse (vale que aquí la gente sea algo más honrada que en España, que no lo tengo muy claro pero es un mito más que está ahí), por eso ponen revisores.
Los revisores son unos tipos con pinta de tirados (que yo cuando dicen que son revisores parece que están diciendo "Perdonen, señoras y señores, que les moleste..." -que sí, en eso todos somos iguales, también aquí los hay-), pero bueno, que todo el mundo se pone muy serio y empiezan a sacar el billete, que es lo que me da pistas de qué pasa.
Se va uno a cada lado del vagon y se unen en el centro, mostrando su identificación mientras tú le enseñas lo tuyo.
Luego, cuando pillan a alguien (que debe ser lo más normalito), le piden la documentación y le dan la nota para que religiosamente se pase a la oficina a pagar.
Según mis investigaciones te mandan una carta a casa si no pagas, y otra y otra hasta que te sube muchísimo la factura.

Anda que como les dé el DNI, sería divertido que fueran llegando multas a Alcalá.
Pero hay más, si dices que no estás documentado, no tienen derecho a registrarte, así que se deben fiar de tu palabra.
Estoy pensando a quién odio para mandarle una multa a casa.

De todas formas, el sistema este de multas no lo acabo de entender.

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